Esos silencios
Voz lejana no me oíste hablando por debajo de lo nuestro, mirando con amor el solo piso.
Tu cuerpo, de materia de horas, reposa junto al lecho de los soles… ardiente y aterido por tus olas renuevo en cada piedra mis fulgore… Su cieno, de dificil negro,
Me aterra la ignorancia, peor destino no encuentro. Por eso templo mi vida al calor del pensamiento, y al fuego de las artes
Recuerdo la vergüenza, ese fulgor quemado en las mejillas de una mujer humilde, de un padre de familia sin trabajo y la del niño analfabeta
Algo que decir: el pie sin paso busca, a tientas, superficies pero su danza es aérea y no hallará ya nada nuevo. Mas la…
Niño, ingenuo padre de nadie y a la vez del mundo: abre tus ojos,
Hallar el templo en flor, el verda… lugar del dios, el vértice de agua después de mucho andar en el desie… sobre la arena fina de la espalda. Buscar con dos el légamo de cieno,
Pedimos el silencio, pedimos el aire. La vida: queríamos la vida a manos, a ojos llenos, pero a la vida
Con sencillas palabras de alto vue… oscuras más si menos dibujadas ondeó sobre el azul vivaz del Duer… un aire familiar que meditaba. ¿Era la voz de Antonio que herman…
Callada está la tierra, con su enc… solía aclarar mi alma los mayores altos arcanos donde la luz del día y el carbonero cambiaban sus canci… Mirar el campo entero embellecido
Hay la noche, la sumisión de los cuerpos en las… hay la abolición de un sol encuest… sobre las ancas de un caballo diáf… y la caída larga de tus ojos
Mas no te engañes mundo, no te eng… igual de bajos somos los artistas sobre la misma cama o sobre el fan… de la altivez buscamos nuestras fl… Vestigios de una raza usurera,
Quiero pensar que iba vestida para el teatro o algo más extravag… quizá para las carpas, quizá para mostrarse en medio de las calles concurridas
Hoy cubres el pie de los jardines y antes callabas en mitad del ciel… pero ayer ¿qué pena nuestra descub… Blanca melancolía, aún bajo tu manto
Esto me basta, – luz, azules línea… para extraviar la brújula del bard… que aguarda en mí, la música divin… las delirantes huellas del cadalzo de la poesía ¿qué más diré?