Cuántas veces sueño y sueño
con una isla, mi isla,
en medio de mi bahía.
La marea sube y baja
y a los barcos da la vuelta.
Y mi isla siempre quieta.
Isla con sola mi casa,
árboles de sombra y prado,
verde oscuro y verde claro.
Desde mi terraza escucho
a los pájaros del tròpico.
Vuelan y chillan los loros.
Cuantas veces vuelve el sueño
empalmo novela viva.
Siempre la misma mi isla.
Viendo pasar la corriente
me figuro que navego
con mi pasajero el sueño.
Qué resbalar tan inmòvil.
Qué evidencia tan vivida.
Cuánto existes tú, mi isla.