#Españoles #Generación27 (1918-1921) Imagen
Enhiesto surtidor de sombra y sueñ… que acongojas el cielo con tu lanz… Chorro que a las estrellas casi al… devanado a sí mismo en loco empeño… Mástil de soledad, prodigio isleño…
Torerillo en Triana, frente a Sevilla. Cántale a la sultana tu seguidilla. Sultana de mis penas
El mantel ji… es mi estandarte y el licor del poniente da su reflejo al arte Yo prefiero el mar cerrado
Adelantada tú en el mar violento, se estrella en ti el retumbo de la… que se abre y alza en férvida coro… con raíz de galerna y de tormento. Sube el globo—tan blanco—sube lent…
La nave que dio a luz el horizonte pliega sus alas como quien cierra un libro Al ver a la fragata todas las chimeneas
Venid a oír de rosas y azucenas la alborotada esbelta risa Venid a ver las rosas sin cadenas las azucenas en camisa Venid las amazonas del instinto
Mar de mi costa, mar, mar, mar, ma… No me canso de nombrarte. Tu nombre eres tú mismo. Cantas y ruges, te hundes y te alz… me creas tú, me forjas, mar martil…
Azor, Calatañazor, juguete. Tu puerta, ojiva menor, es tan estrecha, que no entra un moro, jinete,
Cristal feliz de mi niñez huraña, mi clásica y romántica bahía, consuelo de hermosura y geografía, bella entre bellas del harem de Es… La Luna sus mil lunas en ti baña
Sonidos y perfumes, Claudio Aquil… giran al aire de la noche hermosa. Tú sabes dónde yerra un son de ros… una fragancia rara de añafiles con sordina, de crótalos sutiles
Están todas También las que se encienden en la… Nace del cielo tanto humo que ha oxidado mis ojos Son sensibles al tacto las estrell…
Ni una gasa de niebla ni una lluvi… o cellisca ni una dádiva de nieve ni un borbollar de fuentes candoro… dejo perderse. Madre soy de Iberi… que incesante en mi seno nace y du…
Nunca me cansaría de mirarte, agua de oro, lámina de oro, ondeante pendòn con flecos de oro mojándose en el negro azul bahía. El Reina del Pacífico
Baños flotantes: poeta que os cant… quien os pinte y evoque. entre ya en el infierno con el Dan… Mañanitas de agosto por San Roque… las frescas mañanitas.
He aquí helados, cristalinos, sobre el virginal regazo, muertos ya para el abrazo, aquellos miembros divinos. Huyeron los asesinos.