Sostenidas por olas zozobrantes
van llegando las naves
el vigía ha gritado Puerto Chico
Las naves se desnudan
para entrar en el nido
Aquella tan hundida
trae un lastre de millas
y devana unas brazas
para anclar en la rada
Los pescadores
que han jurado los remos
los levantan al cielo
Y como rayos bajan las gaviotas
a posarse en la guindola