Garjok

Si es por ti, ahogame

Siempre has tronado más que llovido
mis orejas ajustadas a tu volumen
ya lo ven como lo normal
pero culpable soy de que me guste la lluvia igual.
 
Mi hermano, mayor solo tenía los errores
y quizás en ti vi un yo del que me avergonzaba
y entonces juntos las tardes pasaban
en tu habitación atada un bucle que recordaba
cada vez que preguntaban si tenia algún hermano o hermana.
 
Cual luna todos los días repetías tus ciclos
nueva, creciente, llena y menguante y otra vez
descansar, liar, fumar, jugar y otra vez
descansar y no hablarme, liar, fumar y jugar y otra vez
liar y no hablarme, fumar y jugar y otra vez
fumar y gritarme, jugar y otra vez
jugar y reírnos por fin,
y descansar y otra vez.
Así varias veces cada día que te vi.
 
Con papá criticaba tus acciones
me pedía que por favor no fuera como tu eres
y según veía mi crecer
cada vez se enorgullecía más de que no lo fuese.
Mientras a mi me drenaba
me ahogaba verte así
tomando las mismas decisiones todos los días
te quería tanto, ¿por qué no podías parar?
¿Por qué lo hacías,
porque no me parabas de gritar?
Me dolía tanto y cual metal
era incapaz de separarme de tu imán
cuya carga magnética controlaba a voluntad.
 
La aumentaba encantado
no quería dejarte solo
menos contra tal adversidad
una que no entendía
pero no por ello me voy a separar.
 
Hasta que un finde que me tocaba en casa de papá
te vi, como todos los findes
aún si el estaba dormido tu no dejaste de estar
enfadado o fumado la verdad es que me daba igual.
Ese finde estaba todo raro
era un crio, eso es todo lo que saqué de la cena en el salón.
 
Me fui a la habitación y tu hablabas con la novia de papá
tu madre
y cada vez más se elevaba tu hablar
tenía miedo de que entraras y el relevo me alcanzase,
hasta que lo hiciste, pegando un portazo
y yo te miré sentarte en la cama
esperando mi parte
y por primera vez silencioso mirabas la cama
no me dijiste nada
era un crio, mi opinión daba igual.
Entonces hice lo único que podía
y abrí mis brazos para ayudarte
con el poco calor que mis bracitos podían darte
y cual pez en la superficie
saltaste a mi mar
y lo llenaste más aún
cuando de tus ojos agua dulce dejaste en libertad.
 
Por primera vez en mi vida
y encima en mis brazos
no podías aguantarlo más y mi hombro fue tu guía
en mi encontraste comodidad.
Agarrado a mi como si fuera aire
te doy toda mi alma con este abrazo,
no te preocupes estoy aquí
ahógame en lagrimas si hace falta
por ti, no tengo miedo de mojarme.

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