#Chilenos #Mujeres #PremioNobel #SigloXX #1922 #Desolación #Vida
La noche de nuestra Patria de estrellas acribillada en cedazo a lo divino está colando las almas. Hierve así del esplendor
La mesa, hijo, está tendida, en blancura quieta de nata, y en cuatro muros azulea, dando relumbres, la cerámica. Esta es la sal, éste el aceite
¡Boca temblorosa, boca de canción: boca, la de Teócrito y de Salomón! La mayor caricia
#1922 #Desolación #Vida
El sol de Abril aun es ardiente y bueno y el surco, de la espera, resplandece; pero hoy no llenes l’ansia de su seno, porque Jesús padece. No remuevas la tierra. Deja, mansa
Romped la marcha de hierbas que la hierba no rompéis; la muy amante retorna y la danzáis otra vez. Romped cebadas y trébol
La sal cogida de la duna, gaviota viva de ala fresca, desde su cuenco de blancura, me busca y vuelve su cabeza. Yo voy y vengo por la casa
#1938 #Talas
Tres árboles caídos quedaron a la orilla del sendero. El leñador los olvidó, y conversan apretados de amor, como tres ciegos. El sol de ocaso pone
Y después de tener perdida lo mismo que un pomar la vida, —hecho ceniza, sin cuajar—, me han dado esta montaña mágica, y un río y unas tardes trágicas
Ciento veinte años tiene, ciento veinte, y está más arrugada que la Tierra. Tantas arrugas lleva que no lleva otra c… sino alforzas y alforzas como la pobre e… Tantas arrugas hace como la duna al vien…
#1938 #Tala
Quiero ver al hombre del faro, quiero ir a la peña del risco, probar en su boca la ola, ver en sus ojos el abismo. Yo quiero alcanzar, si vive,
Ojitos de las estrellas abiertos en un oscuro terciopelo: de lo alto, ¿me veis puro? Ojitos de las estrellas,
Ya en la mitad de mis días espigo esta verdad con frescura de flor: la vida es oro y dulzura de trigo, es breve el odio e inmenso el amor. Mudemos ya por el verso sonriente
En tierras blancas de sed partidas de abrasamiento, los Cristos llamados cactus vigilan desde lo eterno. Soledades, soledades,
Porque no tengo bosque sobre el pecho ni gracia de hojarasca en que dormirme yo me cuelo, furtiva como el Tlaloc por puertas vanas del aserradero. Son el ciprés y el pino-araucaria
El nombre mío que he perdido, ¿dónde vive, dónde prospera? Nombre de infancia, gota de leche, rama de mirto tan ligera. De no llevarme iba dichoso