#EscritoresChilenos (1954) Lagar
Las montañas se deshacen, el ganado se ha perdido; el sol regresa a su fragua: todo el mundo se va huido. Se va borrando la huerta,
Soy cual el surtidor abandonado que muerto sigue oyendo su rumor. En sus labios de piedra se ha qued… tal como en mis entrañas el fragor… Y creo que el destino no ha venido
A beber luz en la colina, te pusieron por lirio abierto, y te cae una mano fina hacia el álamo de mi huerto. Y he venido a vivir mis días
—Paremos que hay novedad. ¡Mira, mira el Bío-Bío! —¡Ah! mama, párate, loca, para, que nunca lo he visto. ¿Y para dónde es que va?
Del nicho helado en que los hombre… te bajaré a la tierra humilde y so… Que he de dormirme en ella los hom… y que hemos de soñar sobre la mism… Te acostaré en la tierra soleada c…
–“En esa cueva nos nació, y como nadie pensaría, nació desnuda y pequeñita como el pobre pichón de cría. ¡Tan entero que estaba el mundo!,
En el sueño yo no tenía padre ni madre, gozos ni duelos, no era mío ni el tesoro que he de velar hasta el alba, edad ni nombre llevaba,
Un pobre amor humillado arde en la casa que miro. En el espacio del mundo, lleno de duros prodigios, existe y pena este amor,
Es verdad, no es cuento. Hay un Ángel Guardián que ve tu acción y ve tu pensamien… que con los niños va doquiera van. Tiene cabellos suaves
Era una charca pequeña, toda pútrida. Cuanto cayó en ella se hizo impuro: las hojas del árbol próximo, las plumillas de un nido, hasta los vermes del fondo, más negros que los de otras ...
Algo se asoma y gestea y de vago pasa a cierto, un largo manchón de noche que nos manda llamamientos y forra el pie de los Andes
La tierra es dulce cual humano lab… como era dulce cuando te tenía, y toda está ceñida de caminos... Eterno amor, te espero todavía. Miro correr las aguas de los años,
La maestra era pura. “Los suaves… decía, “de este predio, que es pre… han de conservar puros los ojos y… guardar claros sus óleos, para dar… La maestra era pobre. Su reino no…
¡Cristo, hijo de mujer, carne que aquí amamantaron, que se acuerda de una noche, y de un vagido, y de un llanto: recibe a la que dio leche
A la cara de mi hijo que duerme, bajan arenas de las dunas, flor de la caña y la espuma que vuela