haikú
Tus ojos son el laberinto donde pierdo mis sentidos, y aspirado por tu boca surco en tus entrañas como un trago de mar,
En lo profundo de tus ojos me descubro reflejado, atemporal, perdido y aturdido, y en cada parpadeo voy a volar hacia tu boca,
Llueve en el campo de los sueños, crecen y se elevan a las nubes, y en el crepúsculo encendido del otoño, dibujan espirales mientras caen,
En mi cabeza habita una violinist… que con esmero teje sus telarañas, ahí atrapa mis pensamientos y a veces mis sentimientos, los digiere con lentitud,
¿A que me sabe el dolor? sabe a espuma de mar y a vino tinto y ajenjo, sabe a humo crujiente y a besos incandescentes,
Por mi memoria se desliza la sombra de tu silueta, desnuda, oscura y vacía, sus manos de talco y arena acarician mis sueños
Día tras día la misma mo_no_to_nía, la radio encendida en casas desiertas, la mirada perdida
Ésa necesidad de buscarte en otra… y en otros labios, en el respirar de muros descalabra… y lechos desvencijados, en la soledad que viaja conmigo
Corre como agua mi sangre, mis venas son tuberías por dónde fluye caliente ésta sangre adormecida, mi cuerpo hidráulico suda
Perdí en el tiempo tus palabras y en la distancia tu fragancia, hoy las busco en mi memoria y en el eco abstracto de tu voz; en el estruendo del silencio
Ciudad mutante en ejes paralelos de cuadrantes asimétricos bocanada de vapores en tus calles rojas
Invento palabras sacadas del limbo, adjetivos que definan mi alma invisible, (resultan impronunciables)
Habito en cada lágrima que resbala en mi rostro tallado en piedra, en cada latido y en cada suspiro,
Te perdiste en las grietas de las… escapando en el humo que exhalamos… y diluida en una botella de cervez… te bebió la boca más perversa. Te volviste invisible desde el día…
En el silencio atmosférico de tu boca, escucho el murmullo de nuestros besos, que lentamente florecen