El poema “Oda a la vida solitaria” pertenece a la obra realizada por Fray Luís de León, escritor que pertenece a nuestro Siglo de Oro. Antes de proceder al análisis del poema no está de más añadir algunos datos sobre su autor.
Nació en Cuenca en 1527 , muy pronto se hizo agustino, estudió en Salamanca y Alcalá. Fue catedrático en Salamanca, dejó la cátedra para desempeñar altos cargos en su orden. Murió en 1591.
Entre sus obras en prosa se encuentran La perfecta casada, La exposición del Libro de Job y su obra más importante De los nombres de Cristo.
En cuanto a su obra en verso, la primera edición de sus poesías la realizó Quevedo en 1637. Su obra poética es escasa : 23 poemas. La mayoría de sus poemas fueron compuestos en liras.
Fray Luís es un poeta esencialmente religioso y desarrolla temas morales, buscó el consuelo por dos caminos, la vida retirada y el sueño de la “morada celeste”. El anhelo de la vida retirada es lo que se muestra en la oda a analizar.
El apartamiento del mundo era una de las vías por las que Fray Luís buscó el consuelo o el alivio de los sinsabores de la existencia terrena. La soledad, el contacto con la naturaleza, la meditación y el estudio alimentaban su anhelo de armonía y de plenitud, y lo aproximaban a Dios.
Así lo vemos en esta oda, que se inspira en el poema de Horacio, Beatus Ille...( “ Dichoso el que se aleja de los negocios mundanos.”).
Con una lectura del poema está claro el tema del mismo : el descanso y sosiego que ofrece la vida retirada frente a la vida y los caprichos de la ciudad. El tema se recoge en el título del poema : Oda a la vida retirada...
Su autor comienza la oda expresando su deseo de marcharse de la ciudad porque busca la tranquilidad que le ofrece el campo. Este deseo se ve hecho realidad ,se refugia en su huerto, él está allí tranquilo porque no ostenta nada más pero sin embargo la gente de la ciudad, que desea abarcarlo todo, está sumida en la preocupación de no perder sus pertenencias mientras que Fray Luís es feliz y está conforme con lo poco que tiene.
El primer paso que voy a seguir va a ser la división del poema en diferentes partes : la primera parte iría desde el principio hasta el verso 20, una segunda parte abarca desde el verso 21 hasta el 40, otra parte contiene los versos del 41 al 60 y la última desde el 61 hasta el final.
Esta estructura parece estar premeditada si tenemos en cuenta que del poema resultan cuatro partes y cada una de ellas está compuesta por cuatro liras : riman el primer verso con el tercero y los restantes entre sí y son endecasílabos el segundo y el quinto y heptasílabos los otros tres.
Si analizamos la primera parte del poema : “¡Qué descansada vida....con mortal cuidado ?...”. Las liras se agrupan en dos : las dos primeras nos ofrecen un anhelo de la vida que lleva aquel que no desea riquezas y huye del “mundanal ruido”. En las otras dos Fray Luis continúa desarrollando el mismo tema, el que huye de la ciudad no busca la fama, el autor tampoco.
En la segunda parte Fray Luís se dirige a la naturaleza y afirma que necesita descansar y disfrutar de las maravillas que esta le brinda. Quiere estar en soledad para lograr escapar de la vida mundana.
En la tercera parte nos hace la descripción del huerto donde va a refugiarse.
Por último, en la quinta parte del poema hace un llamamiento o una advertencia a los que viven pendientes de las riquezas materiales y compara esta vida con la suya, la cual es mucho mejor ya que no tiene ninguna preocupación.
Si analizamos dichas partes detenidamente, vemos que :
En la primera lira el adjetivo se antepone al nombre para darle más expresividad a la construcción y para buscar la rima de “vida” con “escondida”. Con la alusión a los sabios se refiere a los estoicos ya que estos son considerados como sabios en el Siglo de Oro en donde había gran imitación de los poetas clásicos. Con “mundanal” se produce un epíteto ya que este adjetivo acentúa las características desfavorables que puede tener el ruido.
Con la expresión “que no le enturbia el pecho” Fray Luís quiere decir que no le da o no siente envidia de las riquezas : “el dorado techo” se identifica con los palacios del “sabio moro” con los que se relacionan las obras suntuosas de España.
En la siguiente lira “no cura” equivale a “no se preocupa”, indica que no le importa que la fama llame a su puerta. Fray Luís era conocido por sus escritos pero esto para el no tenía importancia, tampoco era amigo de adulaciones falsas : “ni encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera”.
Aparece un paralelismo con la construcción “no cura” que se repite en los versos 11 y 13, recurso que se une a la rima de estos dos versos.
Continúa con una pregunta que le da más énfasis al poema ya que se burla indirectamente de los que se deshacen por encontrar el éxito. Fray Luís no le encuentra aliciente a la fama a que le señalen con el dedo. De nuevo tenemos aquí la distorsión del orden de las palabras que además de darle expresividad a la construcción busca la rima : “soy del vano dedo señalado”, “mortal cuidado”...
En esta lira es interesante señalar el significado que encierran dos palabras del primer y tercer verso respectivamente. “ Presta” significa ayuda : “ qué ayuda a mi contento” ; “viento” , por su parte, tiene un significado aquí muy distinto del literal, Fray Luís le da el sentido de fama, éxito..
Entre las figuras estilísticas de esta lira destacan la antítesis “ vivas y mortal” y la anáfora “si soy, (...) si en busca..”
En la segunda parte del poema, el autor utiliza una exclamación como recurso estilístico dirigiéndose a los elementos de la naturaleza : ¡ oh monte, oh fuente... !. Con esta exclamación introductoria se produce una reduplicación de “oh” que a su vez aparece al principio del siguiente verso por lo que nos encontramos ante un paralelismo. El artificio utilizado aquí por Fray Luís encierra la connotación de desesperación y deseo de evadirse mediante su estancia en el campo. A esto se añade el contraste de la exclamación con la lira anterior en la que realiza una pregunta.
Aparece una metáfora en la que Fray Luís es un navío, dicho tropo queda reforzado con la alusión que realiza posteriormente de un “mar tempestuoso”, mar que es la ciudad.
En la siguiente lira compara el sueño que le ofrece la vida en soledad con la muerte “no rompido sueño”. Esta es una comparación positiva ya que al ser Fray Luís practicante de la religión para él la muerte no es mas que un descanso en el paraíso, un descanso parecido al que le ofrece la naturaleza.
De nuevo se produce el desorden de palabras en busca de la rima “no rompido sueño” rima con “ceño”. Estando en el campo no se relacionará con la gente rica “ a quien la sangre ensalza” refiriéndose a los de “sangre azul” o el “dinero”.
Continúa con la idea de soledad, él y la naturaleza : “despiértenme las aves”. Prefiere estar rodeado de animales y no quiere tener a su lado a personas que solo actúan por interés.
En la octava lira reafirma la idea que nos ha ido mostrando con rodeos : “vivir quiero conmigo” (...) “a solas”. Seguidamente se produce un asíndeton para enumerar los sentimientos que en soledad no experimenta : el amor, el celo...
Continuando con la tercera parte del poema aparece el desorden de palabras con el mismo fin que en las anteriores construcciones, buscar la rima : “por mi mano plantado tengo un huerto” y “ de bella flor cubierto”. La flor encierra aquí un doble sentido ya que es la muestra de la seguridad y de la esperanza, si los árboles y las plantas contienen flores darán fruto “el fruto cierto”. Fray Luís nos indica que no le van a faltar frutos con los que alimentarse, en la lira siguiente añade el agua. Comida y agua son imprescindibles para vivir, lo necesario se lo ofrece el campo, no necesita nada más.
En “la cumbre airosa” se produce un epíteto, en las cumbres siempre corre el aire. El agua desciende “corriendo”. Cuando llega a la ladera ya está “sosegada”. Con estos adjetivos el autor nos transmite la idea de que el agua desciende rápidamente ansiosa por llegar al huerto, una vez en la ladera se encuentra sosegada, el autor nos muestra con la descripción del trayecto del agua su propio trayecto y sensaciones, nervioso en la ciudad, tranquilo en el campo.
En la lira número 11 de nuevo aparece un paralelismo : “el paso”, “el suelo”.
Después de describir la tierra y el agua, hace alusión al aire que es suave “manso ruido” que le hace olvidarse del oro y del “cetro” (del poder). En “oro” tenemos una metáfora con la que se designa a las riquezas y en “manso ruido” aparece una antítesis con la que se nos muestra que el aire del campo es distinto al de la ciudad, es “manso”.
Ya en la última parte del poema, Fray Luís se dirige de nuevo a los que viven en la ciudad. Él se comparaba con un navío destrozado y aquí aparece el “leño” con el que se refiere a una nave insegura que con los vientos “cierzo” y “ábrego” puede naufragar. Continúa con esta metáfora y describe un naufragio en el que todos los tesoros se hunden y van al mar “ la mar enriquecen a porfía”. De este modo Fray Luís nos indica que él, sin posesiones, nunca tendrá los problemas de la gente codiciosa y adinerada que de la noche a la mañana se pueden encontrar sin nada. A él todas las riquezas le sobran y le basta con una “pobrecilla mesa” “de pan abastecida”.
Las dos últimas liras ofrecen un resumen de todo lo desarrollado en el poema : los “otros” sólo tienen sed de poder y esto les corroe mientras que él está tranquilamente tumbado a la sombra y disfrutando de los deleites de la naturaleza.
Es de destacar el encabalgamiento partiendo una palabra en dos e imitando a Horacio : “miserable-mente”. Con la expresión “el peligroso mando” hace referencia al poder.
En la última lira nos encontramos con un retruécano : “tendido yo a la sombra”, “a la sombra tendido”, con esta repetición de palabras queda unida la idea que comenzó a gestarse en el último verso de la lira 16 y termina desarrollándose en el final del poema. Fray Luís cierra el poema corroborando todo lo dicho anteriormente, en el campo está tranquilo escuchando el son de un “plectro sabiamente meneado”. El poeta prefiere escuchar tranquilo la armonía del universo , cuyo plectro pulsa sabiamente Dios.
En cuanto a la estructura y a la disposición de los versos dentro del poema :
Como ya he señalado anteriormente en varias ocasiones, la disposición de las palabras pierde su orden general y el adjetivo va siempre antepuesto al sustantivo : “ mundanal ruido, dorado techo, mortal cuidado, manso ruido”. Este es un recurso estilístico que a veces no es utilizado y la disposición de las palabras sigue el orden de sustantivo + adjetivo buscando la rima, es decir, se produce un hipérbaton : “lengua lisonjera” “verdad sincera” (lira 3), “mar tempestuoso” (lira 5), “fruto cierto” ( lira 9)...
La mayor parte de las liras está compuesta por construcciones simples o subordinadas adjetivas. La dificultad de la lectura no radica en lo complicado de las frases sino en la disposición alterada de las palabras. A partir de la lira 11 las construcciones son muy simples, con un solo verbo. Es de señalar también la utilización del participio con función de adjetivo : “descansada, desalentado, ...”.
Fray Luís busca ,como buen humanista, la claridad expositiva con armonía y dulzura. Esto esta presente en el poema sin frases retorcidas ni complicados artilugios para ofrecer figuras estilísticas. Las figuras que emplea son sencillas, así como las construcciones sintácticas.
El ritmo y el tono de sus poemas es muy variado, unas veces apacible, otras nervioso y desgarrado, el cambio se nota en la oda, cuando se refiere al campo utiliza un tono mas dulce que el empleado para hacer referencia a las gentes y a la vida en la ciudad. En cuanto a la métrica, su deseo por buscar efectos rítmicos le lleva a utilizar la lira en la mayoría de sus composiciones.
Es conocida la influencia de los clásicos en los autores del Siglo de Oro. Esta Oda I de Fray Luís de León ya tuvo su antecedente en la poesía de Horacio con su Beatus Ille, canto a la vida retirada. Esta obra de Horacio es sin duda la composición más famosa del autor cuyo tema es similar al utilizado por Fray Luís : un elogio a la vida campestre, en cuanto que apartada de los inconvenientes de la ciudad y sus servidumbres, podemos encontrar numerosas similitudes :
En Horacio existe un verso que dice “quien no teme al mar airado”, este verso encierra el mismo significado que la lira 14 del poema de Fray Luís. Al igual que nuestro poeta utiliza las exclamaciones cuando hace referencia al campo, Horacio dice :¡qué bueno es coger inseridas peras y roja uva... !, ¡ Qué gozo entre tantos manjares !. En Fray Luís el agua desciende por la montaña, en Horacio “entre orillas altas mana el agua”...
Continúa apareciendo el tema en numerosos escritos literarios : en la loa de los oficios serviles que se hace en La comedieta de Ponza del Marqués de Santillana ( Benditos aquellos que con el azada/ sustentan su vida e viven contentos...), una canción de Lope en Los pastores de Belén ( “ ¡ Cuán bienaventurado / aquel puede llamarse justamente, / que sin tener cuidado / de la malicia y lengua de la gente, / a la virtud contraria, / la suya pasa en vida solitaria !”), del mismo modo aparece en la cervantina canción de Lauso en La Galatea ( “ cinco y seis y más veces venturoso/ el simple ganadero...”)
Éste tema también será utilizado por Garcilaso en la canción del pastor Salicio de su segunda égloga la cual aquí se adjunta.
De igual modo, en el siglo XVIII, Meléndez Valdés escribe “Los aradores” volviendo a elogiar a los que viven en el campo retirados de la ciudad.
En todos los poemas se diferencian dos partes o dos temas : ora se habla de la vida del campo, ora se habla de la vida en la ciudad despectivamente.
Si comparamos el poema de Fray Luís con el de Garcilaso vemos que poseen la misma estructura : los dos comienzan con exclamaciones y prosiguen hablando de la vida en la ciudad para después comenzar a describir cómo es la vida en el campo. En los dos poemas están presentes el agua y las aves además del dulce sueño y el descanso al que invita la vida en el campo.
Fray Luís de León fue uno de los filósofos más sobresalientes de su época. Aprendió el hebreo y el italiano. Todos sus conocimientos se centraron en la explicación del significado oculto, interno, alegórico, moral... de las palabras de la Biblia, interesándose especialmente por los escritos proféticos y dogmáticos de las Sagradas Escrituras. Usó el latín para sus trabajos oficiales y el castellano para sus poesías y escritos personales. Sus poesías no fueron publicadas hasta después de su muerte. Adoptó la lira para la mayoría de sus composiciones. Tuvo gran influencia italiana que no pasó del aspecto formal porque se independizó de dicha tendencia.
Sus modelos más claros fueron Horacio y sobre todo los textos bíblicos ; pero supo distinguir perfectamente entre unos y otros, entre poesía pagana y poesía religiosa. Su poesía no se inspira en motivos inmediatos de la realidad cotidiana, sino en detalles de la naturaleza que le ayudan a comprender la nostalgia de la eternidad. No se detiene en descripciones pintorescas ni en efectos sensitivos. No se ha podido establecer la cronología exacta de la composición de sus poesías, corrigió muchos de sus versos y se quejó de que algunas de sus poesías hubieran sido divulgadas sin demasiadas atenciones.
Fray Luís de León se inserta dentro de la historia literaria en la época floreciente de las letras, el Renacimiento.
Dentro de la vida económica y social se puede decir que en aquella época se estaba empezando a superar la sociedad rígida de la Edad Media. La vida urbana implica el desarrollo de la burguesía, del comercio y de la industria, y con ello, la ruina paulatina del sistema feudal, basado en la economía agraria. Y al feudalismo sucederá el capitalismo.
Empieza el predominio del a industria y de la economía de mercado. Ello produjo un cambio esencial en la civilización , la cual se forjó en la corte y en las ciudades, creada por clérigos y , sobre todo, por laicos.
Durante el Renacimiento se formaron las naciones modernas, mediante un proceso de centralización del poder en manos de los reyes a expensas de los que poseían los nobles. Surge así la noción de Estado con un significado muy semejante al actual.
En cuanto a la base cultural, los grandes burgueses encargan y promueven obras de arte o se rodean de sabios y escritores sobre los que ejercen un fecundo mecenazgo. De este modo los aspectos más característicos de la cultura renacentista aparecen marcados por la mentalidad burguesa :
Aparece un intenso vitalismo y un espíritu mundano, como corresponde a un grupo social apegado a los asuntos terrenos, en ese sentido puede hablarse de una secularización de la cultura.
Se exalta todo lo humano, se confía en que el hombre puede labrarse una vida mejor, lo cual se opone al inmovilismo de la sociedad estamental.
Se proclama la confianza en el poder de la razón para penetrar en los secretos del universo y conocer la verdad.
Los renacentistas entienden que el hombre posee dos materias el cuerpo y el espíritu pero deben distinguirse bien para vivirlas plenamente sin mezclarlas. “es hermoso vivir” es el lema de la nueva edad.
El movimiento cultural más característico del Renacimiento fue el Humanismo. El Humanismo descubre en el mundo clásico un pensamiento, un arte y una literatura centrados en lo humano. En España el movimiento humanista adquiere gran fuerza con Elio Antonio de Nebrija y Sánchez de las Brozas “el Brocense”, las universidades de Salamanca y de Alcalá cobrarán gran importancia. Todo se desarrolla influido por los renacentistas italianos y pronto empiezan a funcionar las imprentas.
Según la época en la que se escribe el poema, este está acorde con las tendencias presentadas. Se valora la naturaleza porque en ella se quieren encontrar las respuestas a todo lo sobrenatural que a los ojos del hombre es incomprensible. Los hombres quieren evadirse de este mundo, creen en la religión, en el paraíso del principio de los tiempos, un paraíso que buscan en la naturaleza mundana.
Esta idea es la que nos transmite Fray Luís en su poema. Se evade de este mundo en busca de lo eterno, en busca de Dios por medio de la naturaleza, esta experiencia nunca la podría tener en el ámbito corrompido de la ciudad. En el campo vive en paz y tranquilo consigo mismo, esa es la sensación que nos quiere transmitir y esa es la sensación que tenemos cuando leemos el poema.