Mientras la fuente su canción moruna
desgarra, y el azul su luz destella
sobre el jardín un rayo de la luna
la sombra dibujó de Aben—Humeya.
Entre el astral fulgor de la armadura
flotaban sobre su perfil estoico
harapos de la regia vestidura
como jirones de su sueño heroico.
—¡Héroe!—le dije—. ¡Nuestro afán fue vano!
¡Vino la muerte cuando ya tendida
a coger el laurel iba la mano!...
Igual estrella nos brindó la suerte,
pues si un amor te arrebató la vida,
¡también a mí otro amor me da la muerte!