Era un chivo en bicicleta
sin saber andar.
Contra la banqueta
el manubrio fue a clavar.
“¡Que se cae, que se cae,
que se cae, que se caeeeee!”
Todo es cuestión de practicar.
Iba el chivo Piocha
en bicicleta de alquiler:
¡qué valor derrocha
en sus ansias de aprender!
“¡Que se cae, que se cae,
que se cae, que se caeeeee!”
Como treinta jarros fue a romper.
“Quiebre usted el manubrio
pa’ poderse sostener...”
Pero el chivo se hizo bolas
sin saber qué hacer.
“¡Que se cae, que se cae,
que se cae, que se caeeeee!”
Hacia el piso nunca hay que ver.
Y por fin el chivo
ser ciclista consiguió;
mas su larga barba
en la rueda se atoró.
“¡Que se cae, que se cae,
que se cae, que se caeeeee!”
Contra un gendarme retachó.