Los conejos mañaneros
se levantan los primeros,
y moviendo las orejas
se van.
Van al horno pues les gusta
trabajar de panaderos
amasando con sus patas
el pan.
¡Vamos a ver si nos dan
para pan, para pan, para pan!
¡Saborearlo es un festín
pimpirín, pimpirín, pimpirín!
Los conejos panaderos
hacen roscas y rosquitas
porque usan sus colitas
también.
Muy temprano, aún obscuro,
la tahona que bien huele
esparciendo el aroma
del pan.
Los conejos, con sus manos,
con sus patas, con sus rabos,
afanosos en la harina
están.
¡Vamos a ver si nos dan
para pan, para pan, para pan!
¡Saboreando es un festín
pimpirín, pimpirín, pimpirín!
Si te gusta el pan dorado,
calientito y delicado,
gracias debes dar ya sabes
a quien.