IV. Táctica fallida
POEMARIO: LA HUELLA INVISIBLE
No se trataba de conquistar,
sino de no huir.
De sostenerle la mirada
como quien sostiene un incendio entre las manos
sin soltarlo.
Pero temblé.
No de miedo.
De demasiada esperanza.
Y entonces me volví estrategia:
invisible, ausente, seguro.
Tan seguro que nunca llegué.