Epílogo final
Lo que quedó,
en el fondo,
es lo que nos permite seguir.
Es la memoria.
Es el amor,
que, aunque quebrado,
resiste al tiempo,
a la distancia,
a los silencios.
Es ese amor imperfecto,
el que no se fue del todo,
el que siempre vuelve,
aunque el mundo no lo vea.
1. Antes del incendio
El descubrimiento, las miradas que se alargan, las grietas en la rutina. Todo lo que aún no se dice pero empieza a arder por dentro.
2. La hora quieta
Los encuentros ya no son casuales. La vida sigue su curso, pero ambos saben que hay algo que los detiene cada vez que se ven. El mundo se detiene en un instante que ya no es inocente.
3. El temblor
Primeras confesiones. Gestos más audaces, palabras que rozan lo prohibido. El deseo entra sin pedir permiso. Ya no se puede retroceder.
4. Lo que rompe
El conflicto: culpa, miedo, decisiones que no se toman pero duelen igual. La realidad se impone, pero el amor sigue latiendo como una herida abierta.
5.- DIAS DE VINO Y ROSAS
El amor florece, la relación está en su pleno apogeo. Después de las dudas, las culpabilidades y la dificultad, el amor se entrega, no pide permiso y se siente en su esplendor.
6. Los días partidos
Alejamientos, dudas, resignaciones. Pero también pequeñas rebeliones. Ambos sienten que algo ha cambiado para siempre. Y que nada, después de eso, volverá a ser igual.
7. Después del fuego
Tal vez no hay final feliz. Tal vez sí. Pero hay verdad, hay memoria, y sobre todo, hay amor: imperfecto, inadecuado, pero real. El amor que quedó, aunque el mundo no lo viera.
