I.
El amor se rompió,
pero la herida sigue buscando
un cuerpo donde anidar.
II.
Te amé como quien ama el fuego,
sin saber que la ceniza es más pesada
que el calor.
III.
El silencio es el eco del amor muerto.
No grita,
pero duele igual.
IV.
Nos juramos eternos.
Ahora, el tiempo
se ríe de nuestras promesas rotas.
V.
Ella se fue.
No con sus palabras,
sino con sus silencios.
VI.
Creímos en el “para siempre”.
Y aprendimos
que el “para siempre”
se olvida rápido.
VII.
La mentira del amor es esta:
que duele más perderlo
cuando nunca fue nuestro.