3. Lo que pasa en el ascensor
Te despediste
y yo apreté el botón
como siempre.
Pero el ascensor no llegó.
Y tú seguiste ahí,
mirando el suelo,
esperando algo.
Entonces dije:
—No quiero que esto acabe.
No era el momento.
No era el lugar.
Pero lo dijiste tú también:
—Yo tampoco.
Y aunque no nos tocamos,
hubo algo
más íntimo que un beso
en ese ascensor detenido.