Viento sin rostro, tu nombre fue la bruma sobre mis labios. II. Horas sin puerto,

Ya nun suena el portón crujíu, ni los gallos cantan al alba, ni la madre grita: “¡arriba, que se va l día, zamarro… El corral ta lleno de ortigas,

Sus pasos se confundieron en la ni… y en el eco de su extravío, algo—frágil como el polvo— comenzó a latir.

Quise escribirte sin nombre para no mancharte con mi derrota. Te hablo como se reza: con culpa, con deseo, con distanci… Si alguna vez sentís un temblor su…

No es solo que no estés, es que tu ausencia se ha quedado, sentada en mi mesa, durmiendo en mi lado de la cama, siguiendo mis pasos

Te vi salir esta mañana sin mirarme. El café estaba frío y el azúcar se había disuelto sin que nadie lo tocara.

Dijiste mi nombre como si fuera la única palabra que valía la pena pronunciar. Yo no supe qué responder. Mis manos hablaron por mí.

Hubo un deseo, pero no fue más que un eco. Nos tocamos sin tocar, nos amamos sin saberlo, y lo que quedó fue una huella

Non so nulla di te non ne ho bisogno, ti conosco nel silenzio, nelle parole che mai ci siamo detti.

No sé por qué me inquieta tanto tu… tu forma de estar sin molestar, tu silencio que no pesa, pero se queda. A veces te veo y pienso:

Quizás, si pudiéramos huir, sería hacia el vacío, donde el tiempo se disuelve y el eco del mundo se apaga. Un rincón donde las horas

es la poesia sentimiento manchado de tinta negra?

No pediré jamás los besos que me debes los abrazos sonrisas guiños

Piedra cipreses tañir de tus campanas sed de silencio