Tú solo, bello niño, puedes entrar… Yo entro a ciertos verdes, ciertas… Tú solo, bello niño, puedes llevar… ausente del difunto, distraída y r… La ropa dibujada, el sombrero del…

El que solía visitarnos, el que er… de todos más amado, suave vuelve a la sala sencilla, cada día más real y más leve, ya de humo. ¿Cuándo tocó la puerta? No podemo…

Nada entiendo, Señor, di lo que h… Virgen es todo acto, el más impuro… Yo no puedo llegar a esos oscuros ángeles que he engendrado y que he… Acto, reminiscencia de lo puro,

¿Dónde fueron los pulcros viejecil… de guayabera blanca y de sombrero, que tomaban el sol junto a los hie… del parque de Agramonte amanecido? ¿Los que saben los nombres y apell…

No, no, memoria del pasado día vengas sobre este sol y césped san… No vuelva yo a invocar refugio tan… de lo que así se crece en despedid… Quédeme tu intemperie y mi porfía

Ah, sabias cucharas, tenedores de madera, nobles jarros… aprenda vuestras texturas, vuestras fieles y viejas amistades con el fuego de la tarde

¡Generosa poesía! Nos acoges con qué oído, qué atención intermi… Nuestra pequeñez juega en tu pecho y sólo allí somos importantes. Cada paso, cada eco, cada pena,

Oh vosotras, lámparas del otoño, más fragante que todos los estíos! ¿Por qué ha de ser aquel que deven… con el tiempo, más real, menos efí… que aquel que fuimos a tus luces p…

Cuando el tiempo ya es ido, uno re… como a la casa de la infancia, a a… días, rostros, sucesos que supiero… recorrer el camino de nuestro cora… Vuelven de nuevo los cansados paso…

Es una trattoria de callecita apartada en nuestra primera noche de Roma. Barre el portal un niño de Amicis.