Fábula
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En la rama de un árbol, bien ufano y contento, con un queso en el pico, estaba el señor Cuervo. Del olor atraído
A una Culebra que, de frío yerta, en el suelo yacía medio muerta un labrador cogió; mas fue tan bue… que incautamente la abrigó en su s… Apenas revivió, cuando la ingrata
Vivía en un granero retirado un reverendo búho, dedicado a sus meditaciones, sin olvidar la caza de ratones. Se dejaba ver poco, mas con arte;
A una tortuga una águila arrebata: la ladrona se apura y desbarata por hacerla pedazos, ya que no con la garra, a picotazo… Viéndola una corneja en tal faena,
Salió cierta mañana Zapaquilda al tejado con un collar de grana, de pelo y cascabeles adornado. Al ver tal maravilla,
El único sobreviviente de un naufragio fue visto sobre una pequeña isla inhabitada. El estaba orando fervientemente, pidiendo a Dios que lo rescatara, y todos los días revisaba el horiz...
De la rama de un árbol un carnero degollado pendía; en él a sangre fría cortaba el remangado carnicero. El rebaño inocente,
Un maldito gorrión así decía a una liebre, que una águila oprim… «¡No eres tú tan ligera, que si el perro te sigue en la car… lo acarician y alaban como al cabo
Un joven licencioso se hallaba en un estado vergonzoso… con sus males secretos retirado: En soledad, doliente, exasperado, cavila, llora, canta, jura, reza,
Lloraban unos tristes pasajeros viendo su pobre nave combatida de recias olas y de vientos fieros… ya casi sumergida, cuando súbitamente
Uno de los corderos mamantones, que para los glotones se crían sin salir jamás al prado, estando en la cabaña muy cerrado, vio por una rendija de la puerta,
Estaba un ratoncillo aprisionado en las garras de un león; el desdi… en la tal ratonera no fue preso por ladrón de tocino ni de queso, sino porque con otros molestaba
«No sé cómo hay jumento que, teniendo un adarme de talento… quiera meterse a burro de hortelan… Llevo a la plaza desde muy tempran… cada día cien cargas de verdura,
Un miserable Enfermo se moría, Y el Médico importuno le decía: «Usted se muere; yo se lo confieso… Pero por la alta ciencia que profe… Conozco, y le aseguro firmemente,
Un triste raposo por medio del llano marchaba sin piernas, cual otro soldado, que perdió las suyas