Este galapaguito no tiene mare; lo parió una gitana, lo echó a la calle. No tiene mare, sí;

En el café de Chinitas dijo Paquiro a su hermano: «Soy más valiente que tú, más torero y más gitano». En el café de Chinitas

La luna asoma Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables.

Fresquísimas violas. Bandadas de rubores levantados por este don de lágrimas que enlaza la muchedumbre de las viejecillas con la niña y el niño de mi frente.

En el blanco infinito, nieve, nardo y salina, perdió su fantasía. El color blanco, anda, sobre una muda alfombra

Así te vi La joven muerta en la concha de la cama, desnuda de flor y brisa surgía en la luz perenne.

Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua y el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento. Tengo pena de ser en esta orilla

La canción, que nunca diré, se ha dormido en mis labios. La canción, que nunca diré.

Amanecía en el naranjel. Abejitas de oro buscaban la miel. ¿Dónde estará

¡Ay qué trabajo me cuesta quererte como te quiero! Por tu amor me duele el aire, el corazón y el sombrero.

Aquellos ojos míos de mil novecientos di… no vieron enterrar a los muertos, ni la feria de ceniza del que llora por… ni el corazón que tiembla arrinconado co… Aquellos ojos míos de mil novecientos di…

El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo. ¡Ay, amor

Nadie comprendía el perfume de la oscura magnolia de tu vientre. Nadie sabía que martirizabas un colibrí de amor entre los dientes. Mil caballitos persas se dormían

De la cueva salen largos sollozos. (Lo cárdeno sobre lo rojo.) El gitano evoca