Federico García Lorca

Eros con bastón: Susto en el comedor

A Pepín Bello

Eras rosa.
Te pusiste alimonada.
 
¿Qué intención viste en mi mano
que casi te amenazaba?
 
Quise las manzanas verdes.
No las manzanas rosadas...
 
alimonada...
 
(Grulla dormida la tarde,
puso en tierra la otra pata.)
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