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Su luna de pergamino Preciosa tocando viene por un anfibio sendero de cristales y laureles. El silencio sin estrellas,
Sobre el cielo verde, un lucero verde, ¿qué ha de hacer, amor, ¡ay!... sino perderse? Las torres fundidas
Agua, ¿dónde vas? Riyendo voy por el río a las orillas del mar. Mar, ¿adónde vas? Río arriba voy buscando
Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,
Princesa enamorada sin ser corresp… Clavel rojo en un valle profundo y… La tumba que te guarda rezuma tu t… a través de los ojos que ha abiert… Eras una paloma con alma gigantesc…
La cruz. (Punto final del camino.) Se mira en la acequia. (Puntos suspensivos.)
En la torre amarilla, dobla una campana. Sobre el viento amarillo,
Por una vereda venía Don Pedro. ¡Ay cómo lloraba el caballero! Montado en un ágil
El canto quiere ser luz. En lo oscuro el canto tiene hilos de fósforo y luna. La luz no sabe qué quiere. En sus límites de ópalo,
Si tu madre quiere un rey, la baraja tiene cuatro: rey de oros, rey de copas, rey de espadas, rey de bastos. Corre que te pillo,
¡Que no quiero verla! Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena. ¡Que no quiero verla!
Viento del Sur, moreno, ardiente, llegas sobre mi carne, trayéndome semilla de brillantes
El cielo nublado pone mis ojos blancos. Yo, para darles vida, les acerco una flor amarilla.
No te lleves tu recuerdo. Déjalo solo en mi pecho, temblor de blanco cerezo en el martirio de Enero. Me separa de los muertos
Por la calleja vienen extraños unicornios. ¿De qué campo, de qué bosque mitológico? Más cerca,