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Sobre el cielo verde, un lucero verde, ¿qué ha de hacer, amor, ¡ay!... sino perderse? Las torres fundidas
El mariquita se peina en su peinador de seda. Los vecinos se sonríen en sus ventanas postreras. El mariquita organiza
Sábado. Puerta de jardín. Domingo. Día gris. Gris.
Quiero dormir el sueño de las manz… alejarme del tumulto de los cement… Quiero dormir el sueño de aquel ni… que quería cortarse el corazón en… No quiero que me repitan que los m…
La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas. La aurora de Nueva York gime
La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
Campanas de Córdoba en la madrugada. Campanas de amanecer en Granada. Os sienten todas las muchachas
Bajo el naranjo, lava pañales de algodón. Tiene verdes los ojos y violeta la voz. ¡Ay, amor,
CIPRÉS Ciprés. (Agua estancada.) Chopo (Agua cristalina.)
En la torre amarilla, dobla una campana. Sobre el viento amarillo,
Caña de voz y gesto, una vez y otra vez tiembla sin esperanza en el aire de ayer. La niña suspirando
¡Que no quiero verla! Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena. ¡Que no quiero verla!
Mi corazón oprimido Siente junto a la alborada El dolor de sus amores Y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva
Sin encontrarse. Viajero por su propio torso blanco… Así iba el aire. Pronto se vio que la luna era una calavera de caballo
