Hoy es un día horrible. Ya es val… quien se atreve a salir de su aguj… ¡Qué modo de llover! Furiosamente en el techo de zinc el aguacero tamborilea sin cesar. Lo grave

Anoche la enferma se fue de la vid… por fin libertada de todos sus mal… Se fue sin angustias, como en un o… sonriendo en sus hondos momentos f… Las madres del barrio musitan pleg…

En la gran copa negra de la sombra… quiero probar del vino propicio a… Quiero beber el vino que bebiéramo… y estos ratos, de aquéllos, serán… (No sé por qué a esta hora, sombrí…

¿Tú, tampoco me has oído? Bueno, que no se repita otra vez ese silbido. ¡Eh, muchachos, no hagáis ruido: se fue a dormir abuelita!

¡Oh, señora: gentil dama de mis no… ¡Oh, señora, mi señora, yo le rueg… que abandone esa romántica novela: orgullosa favorita de sus dedos! Que abandone sus historias de aven…

El gringo musicante ya desafina en la suave habanera provocadora, cuando se anuncia a voces, desde l… «el boletín famoso de última hora»… Entre la algarabía del conventillo…

¡Ah, si volvieras! ¡Cómo te extra… La casa es un desquicio: ya no est… muchacha de otros tiempos. ¡Eras l… que todo lo sabías hacer con esas… El menor de los chicos, pobrecito,…

Como las extraordinarias pero irreales doncellas que vieron en las estrellas las hostias imaginarias de sus noches visionarias,

Una luz familiar, una sencilla bondadosa verdad en el sendero, un estoico fervor de misionero que traía por Biblia una cartilla. Cuando en la hora aciaga, en el os…

¡Siempre el mismo! Ingrato ¿Te pa… que jamás volvamos a encontrar tus… Sí, nunca hallaremos romero más lo… ¡Qué cosas las tuyas! ¡Irte a las… No mereces casi que así te lloremo…

¡Ah, por fin sola! Te dejaron las buenas amigas, las locas de siempre. ¡Qué alegres se fueron!, ¡Qué risas las suyas!