En la inevitable búsqueda de soledad,
eres ese respiro y desasosiego,
el cual aniquila mis deseos de ésta
y su turbia y sombría búsqueda.
Tus ojos, esas peculiares esferas deslumbrantes
que invitan a adentrarse en ellos
para buscar la extraña luminosidad de la noche,
la cual noto en ellos cada vez que los veo.
Platicar contigo es un acto fascinante
junto a esa voz tan deleitante.
Con la melodía que ansío escuchar cada día
en ésta melancólica sonata de la vida.