Enriquillo Sánchez

El albañil celeste ama

[fragmentos]

Porque compites con todos, no compites con nadie.
Compites con la rosa y su fulgor en la penumbra del aljibe.
Compites con un coleóptero en el rastro centelleante del firmamento.
Compites con un trébol que duerme como una canción de febrero en el camino.
Ni siquiera tienes que perdonar.
Nada ha ocurrido
–nada ocurre, nada ocurrirá–
que tengas alguna vez que perdonar.
La vida siempre tienen sentido
y perdonar es admitir que en alguna ocasión no lo tuvo.
Apura la miel que hacen las abejas
y el acíbar que hacen los hombres a su paso por el mundo.
Son la misma dulce cosa,
Si es que aprendes a saborear con delectación
la amable torpeza de un hermano.
Dedica tus mayores fuerzas a la furiosa cacería del amor.
Inscríbete en el mágico rumor de las esferas.

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