En el pecho del Padre halló su nido
La que en el seno al Hijo dio posada
Y allí de querubines alabada
La que, luna de Dios, subió sin ruido.
En pañales como recién nacido,
Entre vistosas alas fue llevada
Y por distintos nombres advocada
De su trono de luz no se ha movido.
Pero el amor que multiplica todo,
Panes y peces, el maná y la Forma,
Hace que la sin mancha baje al lodo,
Que la luz soberana tome forma,
Que la Belleza, al fin, halle acomodo
Y al ojo pecador dicte su norma.