Emil Cerda

El Cazamundos

“Me pueden decir que soy un mercenario
Que soy un presumido,
Que tengo más mundo que Mario,
Por andar de ido,
Por no tener sitio fijo.
 
“Eso es mentira:
De que aquel que se casa, casa quiere;
¿Sabes por qué? Porque me he casado,
Y todavía te estoy buscando.
He brincado tanto, más que Sportacus
Para que me des la luz,
De aquel foco apagado.
 
“He nadado más que un buzo en el Fondo de Las Marianas,
He abierto el diccionario para encontrar tu neologismo.
He mirado todo desde arriba, como un astronauta,
He amado en secreto, como un mudo tenaz.
He abrazado más que un ciego a las tres de la mañana,
He escrito bastante para no dejarte marchar.
 
“Y mira cómo me pagas, haciéndote la sicaria, la jovena inocente; ah, perdón, inocente no lleva a.
¿Tanto tengo que rogarte, como un mendigo millonario, como una cara sin antifaz?
Recuerda que no es lo mismo llamar al diablo, que verlo llegar.
 
“No me pidas que te sea sincero, que mis labios no llevan pero,
Pero la he cagado, al mencionar pero en este mismo verso,
¿Ves? Todos los humanos somos imperfectos,
La ciudad es demasiada grande para un Macho,
Que pierde sus lloros por una mujer que ya no tuvo.
 
“Esta canción quizás no tenga coro, para darle sentido a este mensaje.
Me robaré a Marte, sólo para amarte,
Soy talento, el profesor siempre lo decía en cada clase:
Ese mucha ta’ lento.
Por eso confío en la gente.
 
“Y te escribo esto desde adentro del castillo,
Para que te des cuenta que no eres la única encerrada.
Que a mí también me tienen confinado,
Que si no vienes a buscarme, pues ya otra se vestirá de Rojo”.
 
Atentamente:
 
Mario, con llaves de un castillo que tiene una dama, que no se deja ser rescatada.
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