Desde el dos mil trece hasta la actualidad, camina un mastín tibetano, por las calles del Monte Ispayola, nacido en una familia de perros tibetanos adinerados, en el Distrito Nacional del Monte Ispayola. Su nombre es Emil Cerda.
Menor de tres hermanos, usa lentes y siempre es audaz en razonamiento deductivo, inductivo y depresivo. Amanece estudiando, no se cansa nunca. Según la revista Tibetana, en el dos mil diecinueve, lo catalogó entre uno de los perros tibetanos, emprendedores, más ricos del mundo; por debajo del perro alemán tibetano, sociólogo y magnate, Sombrebo Ponte; y la perra jamaiquina tibetana, dueña de la compañía multinacional Ruaur, llamada Gampa Papa. Empero, la discrepancia entre ellos y Emil Cerda, es que Emil no es tan conocido. Es tanto así, que si sale a la calle, nadie podría reconocerle. Porque éste se mantiene en el anonimato. Su familia, los tibetanos Cerda y los tibetanos napolitanos, Demorizi, son caninos sumamente ricos, superando a la mayoría de perros magnates, en Europa. Son fundadores de la retórica canina tibetana, en el Monte Ispayola; también son dueños de las compañías Condicionamiento Clásico, ONDTI (siglas de Organización Napolitana de Transporte Italiano), la cadena de Farmacias Demorizi, Sentido Policíaco Español y son la familia de perros tibetanos más importantes en el mundo, y dueños de todos los bancos napolitanos en Italia. El padre de Emil Cerda, Nelson Cerda, es el ducentésimo rey del Ensanche la Fe, y el monarca de la familia de los tibetanos Cerda. En cambio, su madre, Ruth Demorizi, es la octingentésima reina de Gaspar Hernández, e hija de la reina napolitana, Ruth Suriel.
Emil Cerda siempre acostumbra a tomar un ONDTI (aunque hay que destacar que no tiene la mera necesidad de hacerlo, ya que cuenta con chófer personalizado, pero, Emil siempre lo elude y se escapa de su domicilio) cada vez que va a la facultad o a cualquier otro lugar. Lleva consigo su teléfono larousse de última generación, con diamantes incrustados (a este celular lo llama: maquito) y siempre viste a la moda, del diseñador más conocido en el Monte Ispayola: Tony Mena Fina Costura. Nadie nota la significativa presencia de Emil Cerda, en las aceras. Las perras lo miran por que adonis sí lo es. Sin embargo, él se siente bien. No le gusta aparentar tener dinero, ni estar encerrado el día entero, ni mucho menos decirle a una cachorra que tiene bastante dinero. Siempre toma su ONDTI, ¡siempre!; siempre se viste bien, ¡siempre! Hasta que, una amiga gata italiana, lo ve en un establecimiento de comida rápida, llamado SUGT (Sono un giovane tibetano), nombrada Banca, porque siempre salía preñada en menos de las doce temporadas; le dice a Emil:
—Buon pomeriggio, Emil. Sono la povera, tu sei ricco. Perché mangi cibi da poveri se sei ricco?
—Porque para mí, lo normal es aburrido.
Luego su gata amiga se larga del sitio. La camarera, lo ve, y le comenta:
—Ragazzo, io vorrei sapere perché sei così misterioso.
—Non v’è rosa senza spina. Badate a’ fatti vostri.
—Estos ricos creen que porque tienen dinero, el mundo es su billetera—exclama la camarera, enfadada.
—Chao, bella!—Emil le contesta.
Emil, toda su vida, caminaba todas las calles, y algunos lo conocían. Siempre compraba comida barata y hacía todo lo que hace un pobre. Todos pensaban que era un perro vacío, cuando todo lo tenía.
Emil toma su ONDTI, prende su cigarro y escapa de allí.
Moraleja: No importa si sos de Medellín o de cualquier comodín, es mejor hacerse el loco y saltar de un tris. Es decir, manin: no hay madera, sin aserrín; no hay mucho, sin un chin. Humildad no es escasez de dinero, ni vivir mal, ni tampoco no decir lo que has conseguido. Emil es simplemente un sigilo, no le importa ser desconocido. Y quien menos tú piensas, es más conocido y más entretenido. A la gente le vale mierda quién eres, si no te lo preguntan, no digas quién tú eres. Solamente calla y observa a toda esta gente, que quieren odas, dinero, fama, mujeres y no se percatan que el más genio provoca saltos en la mente del pelele.
No aparentes ser una cosa, de la que todo el mundo sabe que no eres.
No eres mejor que nadie, ni nadie es mejor que tú. Pero eres único y no habrá nadie como tú jamás en esta tierra. Y si eres y, tienes, mejor calla, y ten presente que todas tus cosas se quedarán en este orbe terrestre. Y si ves que el otro no tiene, no te burles de su estado; y si ves que el otro tiene, y tú no tienes, procura seguirle los pasos.