Bajo la luna, danzarina errante,
el viento juega con tu cabellera,
y en cada paso brilla la quimera
de un alma libre, fuerte y desafiante.
Canta la noche tu risa callada,
canta tu llanto secretos del río,
y en el fulgor del fuego tan bravío
arde la huella que deja tu mirada.
Vaga tu sombra por sendas perdidas,
y en el silencio que envuelve la bruma,
brota tu esencia, luz que se consuma,
mas deja rastros de estrellas prendidas.
Eterna errante, espíritu en vuelo,
Zingarella, guardiana del anhelo.