Vendetta arde en el pecho, silenciosa,
silenciosa como el filo en la mano,
mano que busca un golpe inhumano,
inhumano como herida dolorosa.
Es venganza que el alma no reposa,
reposa en sombras que no dan consuelo,
consuelo que se pierde en su desvelo,
desvelo que en odio se vuelve cosa.
El rencor avanza sin retroceder,
retroceder es perder la batalla,
batalla donde el perdón no existe.
Vendetta es fuego que busca vencer,
vencer al que en la herida estalla,
estalla y arde hasta lo más triste.