Una luna estrellada te mira con admiración,
Porque para sus ojos tú eres una estrella.
En el lienzo nocturno, brillas sin comparación,
Tu luz única, radiante, hermosa y bella.
Desde lo alto del cielo, la luna te contempla,
Maravillada por tu brillo y tu fulgor.
Entre millones de astros, solo a ti te templa,
Pues tu resplandor eclipsa todo alrededor.
¿Quién diría que la luna, reina de la noche,
Quedaría cautivada por tu esplendor?
Mas tú, sin saberlo, eres su reproche,
Pues ante ti, se siente sin valor.
Brilla, brilla, estrella, con toda tu intensidad,
Pues hasta la luna te admira en la inmensidad.