Un Hombre de Vision Futurista
Ramón Ureña Torres
En tierras donde sopla el viento, donde el arte y la cultura florecen,
surge un hombre adelantado a su tiempo, un ingeniero que enaltece lo que merecen.
Ramón Ureña Torres, símbolo de cambio, síndico municipal de la Jarabacoa querida,
con su visión y fuerza de arranque, revive el arte y lleva a la ciudad a la cima.
Construyendo puentes entre pasado y futuro, tuvo la valentía de soñar en grande,
y en su gestión, el arte fue seguro, llevando a Jarabacoa a un nivel extenso y distante.
En cada rincón, su huella se siente, en calles y plazas, el arte se despliega,
música, pintura, danza y poesía presente, la cultura se exalta y el alma se entrega.
Jarabacoa, ciudad de colores y melodías, donde el talento resurge y se revela,
gracias al ingenio de aquel hombre que guía, que llevó a su pueblo a la cima más bella.
Y en el escenario internacional brilló, con festivales y eventos de renombre,
Jarabacoa en el mapa resplandeció, y el arte dominicano llegó a todo el mundo en nombre.
Ramón Ureña Torres, noble visionario, con su pasión y dedicación infinita,
construyó un legado extraordinario, dejando en cada corazón una huella bendita.
Hoy, en este poema, rendimos homenaje, a un hombre que marcó la diferencia,
aquel que con su gestión valiente y sabia, elevó al pueblo a una grandeza sin precedencia.
Hombre adelantado a su tiempo, así te llaman, Ramón Ureña Torres,
con tu visión y tu empeño, reviviste el arte y la cultura, sin remorses.
Síndico municipal de Jarabacoa, con audacia y pasión en tu mirada, construiste un legado,
una obra que florea, elevando a la ciudad a una nueva estirpe dorada.
En tus manos, el pincel de la transformación, pintaste la ciudad con colores vibrantes,
rescatando el arte y la inspiración, convirtiendo a Jarabacoa en un lienzo deslumbrante.
Los artistas encontraron en ti un aliado, un líder que les abrió las puertas al mundo,
con festivales y exposiciones, has dejado un legado cultural que trasciende lo profundo.
La música se escucha en cada rincón, los sonidos se entrelazan en armonía,
Jarabacoa es ahora un punto de atracción, un faro cultural que ilumina cada día.
Los teatros se llenan de vida y de talento, las calles se inundan de expresiones artísticas,
y la ciudad, con orgullo y contento, se proyecta al mundo con fuerza y estéticas.
Ramón Ureña Torres, hombre visionario, un adelantado en su tiempo y en su esencia,
tu labor ha hecho historia, y en Jarabacoa, florece la cultura con tu presencia.
Gracias por llevar a tu ciudad tan lejos, por elevar el arte y la cultura a un nivel sin igual,
tu legado será recordado en reflejos, y la ciudad de Jarabacoa siempre te lo agradecerá.
Ramón Ureña Torres fue una figura emblemática en el desarrollo de su municipio, una persona cuya historia merece ser contada y recordada por las generaciones venideras. En los años noventa, una época caracterizada por grandes cambios políticos y sociales en muchas partes del mundo, Ureña Torres asumió el cargo de Síndico con una visión clara y un firme propósito de servir a su gente. Durante su mandato, enfrentó desafíos significativos, desde la necesidad de modernizar la infraestructura hasta la imperiosa tarea de mejorar los servicios públicos. Consciente de la importancia de la educación para el futuro de cualquier sociedad, se enfocó en la construcción y rehabilitación de escuelas, asegurando que cada niño y niña de su municipio tuviera acceso a un entorno de aprendizaje adecuado y seguro. Además, Ureña Torres fue un pionero en la implementación de políticas de salud pública, facilitando el acceso a atención médica de calidad y promoviendo campañas de prevención de enfermedades que beneficiaron a toda la población. Su gestión también puso un énfasis especial en el desarrollo económico, apoyando a los agricultores y pequeños empresarios, lo que llevó a un florecimiento de la economía local. Fue un defensor del medio ambiente, iniciando programas de reforestación y protección de los recursos naturales, consciente de que la sostenibilidad es la clave para el desarrollo a largo plazo. Su legado también incluye la promoción de la cultura y las artes, creando espacios donde los artistas locales pudieran exhibir sus obras y donde la comunidad pudiera reunirse y celebrar su identidad y tradiciones. El trabajo de Ramón Ureña Torres tuvo un impacto que trascendió su mandato, sentando las bases para que sus sucesores encontraran el camino pavimentado hacia en desarrollo de la hermosa ciudad de Jarabacoa.
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