Oh, tierra mía, que en mis venas ardes,
tierra de mares y montes sagrados,
eres mi piel, mi sueño, mis amores,
eres el alma de mis pasos dados.
En cada palma que el viento mece,
en cada río que besa la roca,
oigo tu nombre que nunca perece,
como una estrella que al cielo convoca.
Yo soy tu hijo, tu canto, tu espiga,
tus noches claras, tu sol encendido,
y en tu perfume mi ser se prodiga,
en ti hallo todo, en ti hallo mi nido.
Romance del Amor Despierto
Te sueño, amor, en la luna clara,
como un suspiro que en el alma queda,
como un rosal que la vida ampara,
como la brisa en la madrugada.
En tu mirada se oculta el cielo,
en tu sonrisa se enciende el día,
eres la sombra, eres el anhelo,
eres mi llanto, mi paz, mi alegría.
Y si te pierdo, la noche es honda,
y si te encuentro, el mundo despierta,
pues en tu pecho la vida ronda,
como la llama que nunca se cierra.
Al Mar Caribe
Oh mar Caribe, eterno y sonoro,
fuego en las olas, ritmo en las mareas,
haces del cielo un turquesa tesoro,
y de la espuma mil flores en tea.
En ti se funde mi sangre boricua,
en ti resuenan tambores y danzas,
cuna de sueños, arrullo que educa
mi alma en susurros, mi ser en esperas.
Oh mar de vida, mi canto es tu canto,
mi pulso vibra a tu ritmo callado,
pues soy tan tuyo, profundo y amante,
como la luna que en ti ha naufragado.