Todos mis poemas nacen
de las grietas de mi alma,
de noches donde el sueño
es un lienzo interminable,
de recuerdos que murmuran
en el eco de mi sangre,
de imaginaciones fértiles
que florecen en el aire.
Son hijos del instante,
de una lágrima callada,
del susurro de una brisa
que al oído nunca engaña.
De las sombras, de las luces,
de aquello que nunca escapa,
del latido del pasado
y del futuro que avanza.
Todos mis poemas llevan
en sus versos la semilla
de un momento irrepetible,
de mi piel hecha poesía.
Circunstancias, sueños, sombras,
y memorias compartidas,
mi yo desdoblado en letras
que en el tiempo se eternizan.