Te imagino como ángel etéreo,
Regalando vida, desterrando el vacío.
Eres el néctar que endulza mi ser,
Mi esencia vital, mi anhelo sombrío.
Desde que cruzaste radiante el umbral,
Supe que eras lo que mi alma anheló.
Te soñé mil veces, en formas sin par,
Pero hoy te tengo ante mí, lamento en mi voz.
Tu belleza hechiza, tu voz es un canto,
Que arrulla mi alma y aleja el temor.
Eres mi anhelo, mi bálsamo santo,
La luz que mitiga mi oscuro dolor.