Anhela el sosiego de un alma en calma,
calma que llega tras larga tormenta,
tormenta que al fin la quietud ahuyenta,
ahuyenta el miedo, y la paz se ensalma.
Busca en la brisa la voz que desalma,
desalma el dolor que en la pena se asienta,
asienta en tu pecho la fe que sustenta,
sustenta la vida con tierna palma.
Hallarás la paz donde el río murmura,
murmura lento entre rocas y suelo,
suelo que abraza la rama segura.
Y si en tu vuelo tropieza algún duelo,
duelo que pase, tu anhelo perdura,
perdura la calma como fiel anhelo.