Soneto, Guardián de la lírica
Soneto, bella estructura de rígida armonía,
Catorce versos que siguen una traza precisa;
Con rimas y medida que se ajustan con porfía,
Dando al conjunto una forma elegante y concisa.
Soneto, abres con dos cuartetos que sientan la premisa,
Exponiendo el tema o idea con orden y maestría;
Luego, en los tercetos, desarrollas y la subraya,
Hasta llegar al final con la coda o la glosa final.
Soneto, tus cuatro rimas con su patrón inveterado,
Tejen una armadura que da fuerza a la expresión;
Mientras que tu clausura, con el golpe inesperado,
Remata la labor del poeta con briosa pulsación.
Soneto, forma perfecta, de trazado señorial,
Que encierras en tu molde la esencia del ideal;
Modelo de excelencia, espejo de artesanía,
¡Oh, soneto!, tú eres la cima de la poesía.
Soneto, tú enseñas al poeta el arte del bien componer,
Mostrándole la senda que lo conducirá al saber;
Pues en tu férrea estructura, de líneas tan precisas,
Él aprende a dar forma a sus ideas más exquisitas.
Soneto, tú eres el guardián de la lírica excelsa,
La norma y la medida, la ley y la promesa;
¡Oh, soneto!, tú eres el emblema de la poesía,
Que eleva al verso hasta la cumbre de la maestría.
