Las olas van tejiendo sus cantares,
susurra el viento historias al ocaso,
la luna, con su brillo tenue y raso,
tiñe de plata ríos y altares.
Los cuentos navegan por los mares,
flotan en brisa, danzan en su abrazo,
se pierden en la espuma paso a paso
y vuelven a surgir en nuevos lares.
La poesía se enreda en la corriente,
sus versos como espuma van y siguen,
dibujan en la orilla un sueño ardiente.
Y así, las letras puras que sostienen
el eco de la mar siempre viviente,
en alma y en papel jamás se extinguen.