Soneto
Divino arquetipo de la eternidad,
Reflejo puro de la esencia eterna.
Tu luz disipa la obscuridad,
Desbordando su gracia sempiterna.
En tus abismos mora la verdad,
Más allá de la máscara externa.
Tú eres la fuente de la realidad,
Que en el alma del hombre se interna.
Aquí, en este instante fugaz y bello,
Se revela el misterio de lo oculto.
Toda mi vida se concentra en verte,
Absorto en tu divinal esplendor.
Deja que mi ser se funda en tu olvido,
Más allá del tiempo, en tu reino ignoto.
