Hay una burla a su afán de ostentación y de parecer más de lo que son en realidad - "queréis pasar por nobles y opulentos" - cuando en el fondo siguen siendo vistos como gente vulgar y ordinaria, apenas enriquecida.
El lenguaje recargado y el tono altivo y despectivo es típico del estilo gongorino, resaltando el contraste entre la apariencia y la esencia de estos nuevos ricos, que han adquirido riquezas pero no la distinción y el refinamiento de la auténtica aristocracia.