El soñar, cual surco profundo,
Desbroza el alma, la prepara;
Convierte la tristeza en mundo,
Un jardín donde la libertad se para.
Más allá de versos delicados,
Es labor de siembra y cosecha;
Un lienzo donde los sueños pintados
Transforman el dolor en calma, sin tregua.
El ensueño es semilla, es tierra,
Donde brota el anhelo verdadero;
Su germinación, una nueva era,
Un despertar a un mundo sincero.
Como pintor que plasma en la tela
Sus visiones y su sentir profundo,
El soñador teje su anhelo en vela,
Y convierte el ansia en un canto rotundo.
Soñar es un arte, un don preciado,
Que inspira, eleva y reconforta;
Es un refugio donde el alma, encontrado,
Cultiva la esperanza y la alegra de su puerta.