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ElidethAbreu

Siempre quedan vestigios de bondad

 
 
Aun en la bruma de un mundo herido,
cuando el eco de la noche se torna afligido,
siempre quedan, como susurros sutiles,
rastros de bondad, pequeños y gentiles.
 
En la grieta de una sonrisa rota,
en manos que abrazan sin decir una nota,
hay luces calladas, vestigios serenos,
como estrellas fugaces en cielos ajenos.
 
Un gesto, un toque, un mirar amable,
una chispa de amor en lo inabarcable,
se enciende y perdura, tenaz en su esencia,
como un fuego que arde en la indiferencia.
 
Aunque el viento arrase, aunque el mundo ciegue,
la bondad persiste, resiste, no huye ni niegue,
pues en cada alma, en cada rincón,
siempre queda un vestigio, un trozo de canción.
 
Es un susurro, apenas un rayo,
pero ilumina en silencio, quiebra el desmayo,
y nos recuerda, en tiempos de oscuridad,
que el amor no se pierde; siempre queda bondad.

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