En la quietud del verde campo extenso,
una semilla duerme el sueño profundo,
guardando en su ser un secreto inmenso,
latiendo a la espera de un nuevo mundo.
Diminuta y frágil, contiene la fuerza
que dará vida a la flor más radiante,
brotando a la luz con gracia y pereza,
testigo de un ciclo siempre cambiante.
Pequeña semilla, tú eres el inicio
de todo lo que florece y se renueva,
eres la esperanza que guía el camino,
la prueba de que el universo se eleva.
Cerrando los ojos, puedo ver tu secreto,
la semilla del infinito, el eterno acierto.