Semana Santa: Senderos de Fe
Hay semanas que pesan más que el tiempo,
días en los que el alma se arrodilla,
momentos donde el silencio
se vuelve oración en la brisa.
Es la semana del eco sagrado,
del susurro de clavos y espinas,
del paso lento de un Cristo doliente
que carga el amor en sus heridas.
Es la semana de miradas al cielo,
de lágrimas que lavan la culpa,
del madero que abraza el destino,
de la cruz que nos vuelve ternura.
Semana de sombras y luces,
de muerte que anuncia la vida,
de promesas que vuelven a casa,
de resurrección escondida.
Porque al final del dolor,
cuando la noche parezca infinita,
cuando el sepulcro parezca un olvido,
el tercer día florecerá en la brisa.
Y habrá gloria en las manos vacías,
y habrá fuego en los corazones fríos,
y el amor, como un sol encendido,
nos recordará que Dios nunca olvida.
