A la chef Sarita, maga en dulzura,
que en cada postre deja su pincel,
con manos de arte y alma tan fiel,
convierte el azúcar en obra pura.
Sus tortas, suspiros, magia segura,
en cada bocado un sueño de miel,
y el tiempo se rinde bajo su piel,
pues todo lo toca con su ternura.
Sarita, maestra de la emoción,
tus recetas son puro corazón,
y el mundo sonríe al probar tu encanto.
Hoy te aplaudimos con admiración,
porque en tu arte late una pasión,
que endulza la vida con su gran manto.