**Sanar el Cuerpo en la Naturaleza**
En el susurro del viento y el murmullo del mar,
mi cuerpo cansado comienza a sanar.
La naturaleza, con su toque sutil,
restaura mi vigor, mi fuerza juvenil.
El sol, con su luz dorada y cálida,
acaricia mi piel, despierta mi alma.
Sus rayos, fuente de vida y energía,
renuevan mi ser con pura armonía.
El bosque, con su aire fresco y puro,
llena mis pulmones, aliento seguro.
Cada respiro, un elixir vital,
que limpia mi estado mortal.
El agua cristalina de un arroyo en calma,
purifica mi cuerpo, serena mi alma.
En su corriente, hallo la paz,
y en su frescura, mi salud renace más.
Las plantas y hierbas, con su sabia medicina,
curan mis males, mi dolor elimina.
En cada hoja, en cada flor,
la naturaleza me brinda su amor.
El suave canto de las aves al amanecer,
despierta mis sentidos, me hace renacer.
Sus melodías, un bálsamo para el ser,
que en su dulzura, encuentra el poder.
La tierra, con su firmeza y calor,
me ancla, me sostiene, me da valor.
En su abrazo, siento la conexión,
que fortalece mi cuerpo, mi condición.
La noche estrellada, con su manto sereno,
me invita al descanso, al sueño pleno.
En su oscuridad, hallo la renovación,
y en su silencio, la completa restauración.
En cada rincón de este mundo natural,
mi cuerpo encuentra su salud primordial.
La naturaleza, con su toque sanador,
regenera mi ser con su inmenso amor.
