Rondel de la Bella y el Chisme
En Sevilla, donde el río murmura,
andaba la bella de andar altivo,
su rostro marcado, mas no cautivo,
y su risa al aire ponía ternura.
Mas la lengua ajena, cruel y oscura,
teje su chisme, mordaz, corrosivo.
En Sevilla, donde el río murmura,
andaba la bella de andar altivo.
“Que no tema el mundo mi desventura,”
dijo ella, con un gesto decisivo,
“que mi fuerza es fuego limpio y vivo,
y mi frente al mal será siempre pura.”
En Sevilla, donde el río murmura.
