Renaceré de mis Cenizas
En el eco del reloj, las horas se desvanecen,
Marcando el adiós que mi corazón padece.
En cada tic-tac, siento que llega el final,
Y mi ser se consume en un dolor sin igual.
Mis ansias, una vez vivas y despiertas,
Ahora yacen dormidas, en espera incierta.
Mi corazón, apesadumbrado y afligido,
Sabe que te vas, y en cada latido, muero herido.
El tiempo implacable nos separa sin piedad,
Dejando en mí un vacío que no puedo ignorar.
La tristeza se adueña de mis pensamientos,
Mientras veo cómo te alejas, sin remedio ni lamentos.
Pero, aún en medio de esta agonía que me consume,
Guardo en mi ser una chispa de esperanza que no se abruma.
Quizás en la distancia, en el eco de mis suspiros,
Encontremos un renacer, nuevos caminos a descubrir.
La despedida es amarga, sin duda lo comprendo,
Pero en el dolor también hay lecciones que aprendo.
Mi corazón, aunque herido y en duelo,
Sabe que debo seguir adelante, encontrar mi propio vuelo.
Decido que aunque el adiós sea postrero y doloroso,
En mi interior cultivaré fuerza y coraje valioso.
No me dejaré consumir por el peso de tu partida,
Sino que buscaré en el futuro una nueva vida.
Aunque el tiempo marque el final de nuestro encuentro,
Mi espíritu se mantiene vivo y dispuesto.
No moriré, sino que renaceré de las cenizas,
Y encontraré la paz en nuevas historias y risas.
Mi corazón, en su dolor y anhelo,
Sabe que el adiós no es el destino final que quiero.
Seguiré adelante, en busca de nuevos senderos,
Con la esperanza de que algún día, entiendas que te quiero.
