La rabia, como el fuego,
quema aldeas si libre danza,
mas en lámparas de aceite,
es guía, es esperanza.
Es fuerza que ruge al viento,
un río sin dirección.
Pero en manos de sabios brazos,
es luz para el corazón.
Deja que su calor arda,
más no pierdas el control.
Pues la rabia en calma es llama,
y en tormenta, es su prisión.